El primer domingo de cada mes, a las doce del mediodía, la Asociación Aveletra organiza en el bar del Casino de Huesca un hermoso evento literario. Se trata de un encuentro organizado para conocer la obra de un escritor o escritora, en cualquier género literario, presentado por alguna persona que sea especialista en la obra de ese autor o autora. Nosotros acudimos al celebrado el pasado domingo 3 de abril y lo cierto es que salimos encantados del vermut.

En esta ocasión el protagonista era el poeta Manuel Vilas, autor nacido en Barbastro en 1962 y que, justamente, al día siguiente del vermut, fue propuesto por el ayuntamiento barbastrense para ser candidato al Premio de las Letras Aragonesas 2015. Ejercía la labor de presentar la obra de Vilas el profesor de lengua y literatura españolas Antonio Viñuales, quien ejerce su labor docente en el CPEPA Miguel Hernández de Huesca.

Viñuales llegó al vermut vestido con discreto traje oscuro y llamativas deportivas verde chillón. Haciendo honor a su atuendo, su disertación sobre la obra de Vilas estuvo marcada por la seriedad en la forma y por la transgresión que supone la obra poética analizada. Vilas es un poeta atípico, su obra se ha de entender desde una visión rupturista con la tradición poética española. Viñuales ilustró, con una esmerada selección de poemas que fue leyendo en voz alta el público asistente, tanto la evolución estilística como temática de la obra del poeta de Barbastro. Vilas escribe odas a sus coches, ambienta sus poemas en el MacDonald’s y explica, como pocos, lo terrible y lo bello de las cosas cotidianas, analiza con pulso de cirujano la realidad que le rodea, utilizando papel y tinta en lugar de bisturí, pero con un filo igualmente cortante. El público quedó encantado con los poemas de Manuel Vilas y seguro que más de una de las personas asistentes pronto se harán con un ejemplar de sus obras completas.

Tras la exposición sobre la obra de Manuel Vilas, llegaba el turno del público. Aveletra invita a participar a todas aquellas personas que quieran mostrar su obra o la de otra persona, tanto en prosa como poética, para que los demás asistentes puedan comentar, valorar o conocerla. Tras varias lecturas, se dio por finalizado el acto formal y pasó a celebrarse el vermut,