Microfest se celebró en la Sala Genius y contó con las actuaciones de Pato Badián & Daniel Escolano, Sara Almazán, Etterem Trio y Tangram. 

Viernes, 20 de mayo de 2016.-  Pato Badián & Daniel Escolano fueron los invitados de última hora en el Microfest de este año como sustitutos del Dúo Evoéh, que al final no pudieron participar. En un momento de la actuación, Badián expresaba “Esta noche no somos los más raros” y definió en cierto modo lo que es el Microfest. Un festival formado por actuaciones de corta duración, un festival ecléctico y con propuestas arriesgadas que no tienen cabida en otros formatos o en circuitos comerciales. Un festival tan “raro” como necesario para Huesca como oferta de expresiones artísticas diferentes, de procesos de creación complejos y de resultados a los que nuestros oídos no está acostumbrados. Para estas propuestas hace falta ser un público receptivo, sin prejuicios y, ante el desconocimiento de ellas, hay algo que todas las personas somos capaces de hacer: sentirlas.

En un espacio escénico diseñado por María Jesús Bruna y María Maynar, donde destacaban las esculturas de metal de líneas curvas de Bruna, apareció Sara Almazán, cantante, pianista y compositora, que realizó una performance titulada “Grietas del espacio en silencio” acompañada de instrumentos nada habituales, como el tam drum, dio muestras de tener un gran dominio de la técnica vocal. A veces, olvidamos que la voz es un instrumento más, el primer instrumento que utilizamos nada más nacer y el que solo hacemos servir para hablar, hablar y seguir hablando. Almazán nos recordó ayer que la voz nos puede conectar con la naturaleza, con sonidos ancestrales que tenemos en nuestra memoria colectiva como especie. El sonido con el canto difónico, que parecía al sonido que emite el didgeridoo, un instrumento que amplifica la voz y que es considerado por los aborígenes como “la voz de la tierra” creó una atmósfera hipnótica de la que nos costó salir, con emociones que no sabíamos definir y con la sensación de que habíamos tenido una experiencia única.

Pato Badián & Daniel Escolano llegaron de rebote al Microfest después de la imposibilidad del Dúo Evoéh de participar en él. Ofrecieron unas versiones de canciones conocidas pero que supieron llevar a su terreno y con unas interpretaciones tanto instrumentales como vocales impecables. Destacar la teatralizada “Las histéricas” de Liliana Felipe, “Espigas y amapolas”, canción popularizada por Manolo Escobar y que Badián y Escolano interpretaron con un ritmo más latino, y “Pequeño vals vienés”, el poema de Federico García Lorca al que puso música Leonard Cohen. Badián se mostró muy cercana en todo momento y nos quedamos con las ganas de seguir sintiendo y disfrutando de la calidez y delicadeza de su voz.

“Somos cuenteros”, así se presentaron Etterem Trio. Y por un momento dudé si eran cuenteros o cuentistas. David Liquen (aka David Giménez) se puso el traje de chef (Etterem significa restaurante en húngaro) y empezó a cocinar el imaginario de Sum Dum, y nos sumergimos en un mundo de focas, limones amarillos, pájaros y Vanessa Paradis. Ofrecieron un espectáculo de spoken word, una performance poética con los poemas de David Liquen interpretados por él mismo y Nicolás Sánchez (aka Jesús Benito Pertusa) mientras Carlos Hollers puso la música. La palabra con diferentes ritmos y repeticiones y la improvisación fueron los protagonistas de la performance. No pasa desapercibida la vertiente cómica de David Liquen, convertido en el maestro de ceremonias que dirige lo que pasa tanto encima del escenario como abajo entre el público. Disfrutamos de la poesía, la teatralidad y la música. Después de la actuación, en la esquina de la sala, en la oscuridad, los «cuenteros» de Etterem Trio se fundieron en un abrazo. Hay gestos que «cuentan» mucho más que las palabras.

El cine mudo se acompañaba con música de forma que hiciera creer al espectador que formaba parte de un colectivo, evitando su aislamiento y facilitando su implicación en la escena. Así empezaba la actuación de Tangram, con las imágenes urbanas de Adrián Abril acompañadas instrumentalmente por Chefa Alonso y Jorge Frías. Este último al contrabajo y Alonso al saxo, percusión y kechapi ofrecieron una clase magistral de free jazz durante todo el espectáculo. Si hay actuaciones que se pueden escribir con mayúsculas, esta es una de ellas.

Buen punto final para esta edición de Microfest de 2016, que de tan micro, muchas personas del público nos quedamos con las ganas de disfrutar más tiempo de las actuaciones o de quedarnos sentadas mientras nos ofrecían más propuestas tan atractivas, originales y creativas como las que habíamos visto, escuchado y, sobre todo, sentido.

Aquí tenéis una galería de fotos realizadas por Muerdelaespina Fotografía.

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