Esta semana Perpetuum Mobile se ha adentrado en el mundo del cine a través de las colaboraciones de dos grandes cineastas italianos: el compositor Ennio Morricone y el director Sergio Leone.

Ambos nacieron en Roma y coincidieron en el colegio cuando tenían sólo ocho años. Hasta los diez compartieron clase y juegos en el patio del Istituto Mastai de Roma. Luego, cada uno siguió su camino. Sergio Leone siguió la tradición de sus padres (su padre era director de cine y su madre actriz) y se dedicó a trabajar en el séptimo arte; el padre de Ennio Morricone también era músico, así que no se extrañó cuando su hijo le dijo que quería ser trompetista. Tras los estudios de trompeta, Morricone estudió composición y dirección de orquesta, ganándose la vida a trompicones tocando la trompeta en clubs de baile. Allí conoció a Alessandro Alessandroni, quien años más tarde también colaboraría en sus bandas sonoras.

En 1964, Sergio Leone dirige un remake no autorizado de la película Yojimbo (El mercenario), dirigida por Akira Kurosawa, que adaptaba la historia de un samurái que trabaja a sueldo del mejor postor. El film acabaría siendo un western, La muerte tenía un precio. En aquella época, en Italia se solía rodar sin sonido ambiente y se añadía toda la banda sonora una vez montado el film. Cuando el productor del film presentó a Sergio Leone al que tenía que ser el autor de la banda sonora, éste le dijo que no le gustaba su trabajo y que no lo quería en la película. El compositor, efectivamente, era Ennio Morricone.

En la primera reunión de trabajo, Morricone le recordó a Leone que habían ido al colegio juntos y el director se sorprendió, no lo recordaba. Tras ver una fotografía del colegio en el que, efectivamente, los dos aparecían como miembros de la misma clase, Leone le expresó al compositor que su música le parecía demasiado infantil y éste le respondió que eso era exactamente lo que le habían pedido. El director decidió darle una oportunidad. El resultado es una banda sonora inolvidable, en la que instrumentos típicamente italianos y contemporáneos creaban una textura musical nunca utilizada hasta ese momento en un western.

Alessandro Alessandroni aportó tres elementos fundamentales: tocaba la guitarra, tanto la española como una guitarra eléctrica, una Fender Statocaster de 1961, aportó los silbidos de esa banda sonora, que eran una metáfora sonora de la soledad del protagonista, y también dirigió las voces de los coros, I Cantori Moderni, un coro que Morricone utilizaría a lo largo de toda su carrera como compositor.

Más brillante aún fue la segunda colaboración entre Leone y Morricone: La muerte tenía un precio (1965). No sólo cuenta con unos créditos impresionantes, sino que también encontramos a mitad del film una composición realmente brillante: La resa dei conti (Confrontación).

Es en su tercera colaboración, El bueno, el feo y el malo (1966), donde ambos consiguen llegar a un punto de maestría absoluta. De este film hemos seleccionado tres temas para el programa: los créditos, L’estasi dell’oro e Il Triello, una confrontación a tres bandas, por lo que no es un duelo, sino un trielo.

Tras su salto a Hollywood, Leone inicia la creación de una trilogía en la que quiere explicar cómo se formó Estados Unidos. Para ello en su primer film, Hasta que llegó su hora (1968) explica la creación del ferrocarril a través de una historia llena de personajes miserables y con una banda sonora excelente. Hemos seleccionado dos temas de los cuatro que conforman el cuerpo principal de la banda sonora: El hombre de la harmónica y los créditos finales con el tema de Jill.

La segunda película de la trilogía, ¡Agáchate, maldito! (1971), es la visión que tenía Sergio Leone sobre la revolución mexicana, un film menor del director cuya banda sonora tampoco está a la altura de sus predecesores. Escucharemos el tema principal del film.

Y finalmente, la gran obra maestra de ambos: Érase una vez en América (1984). Algunos críticos e historiadores del cine consideran que es la mejor banda sonora de la historia del cine. No compartimos esa opinión, pero sí que la colocaríamos entre las diez más destacadas. Fue una lástima que una acción realmente torpe del productor norteamericano impidiera que se pudiera presentar a los premios Oscar.

Si quieres escuchar todas estas bandas sonoras y saber algo más de la colaboración entre ambos cineastas, aquí os dejamos el enlace con el podcast del programa.