En una noche cargada de fuerza y emoción, el aclamado tour «Autopoiética» de Mon Laferte aterrizaba en Lanuza el pasado domingo, como cierre de la 31ª edición Festival Pirineos Sur, en un show donde se pudo disfrutar de sus ya conocidos éxitos, además de sumergir al público en su nuevo álbum.
La encargada de abrir la velada sería la artista canaria Marilia Monzón, que lograría endulzar el ambiente con los temas de su primer disco «Prenderé una velita». Un pop folk con influencias latinas que sedujo a una audiencia que pareció satisfecha con el descubrimiento de esta nueva voz.
A continuación llegaría la esperada Mon Laferte. Más de veinte años de carrera y en plena gira Europea que incluye siete fechas en España. Y así, la artista chileno-mexicana hacía parada en el Festival Pirineos Sur, con un despliegue de diferentes géneros y varias versiones de sí misma, pero conservando su talento, su carisma y la potencia de su voz. En un show que comenzaba pasadas las 22 horas y culminaba casi a medianoche, y donde ella junto a bailarines, músicos y pantallas se encargarían de ofrecer un poderoso espectáculo.
Fue del urbano a la cumbia y del desamor al romance. Interpretó temas como Aunque te mueras por volver, Antes de ti y Mi buen amor. Además, no faltaron las influencias de la música mexicana y la sensualidad en temas como Préndele fuego, Pornocracia, Calaveras y Funeral, o los ritmos salseros como por ejemplo en Por qué me fui a enamorar de ti y Amante suicida.
No podemos olvidar que es admirable ver cómo ella utiliza su música y su plataforma para transmitir mensajes de empoderamiento y libertad, rompiendo estereotipos y celebrando la diversidad, arropada en esta gira europea por dos bailarines que se suman a transmitir ese mensaje.
Se había subido al escenario flotante con el propósito de presentar «Autopoiética», un disco ecléctico, que explora lo más tradicional de Latinoamérica, pero que también es arriesgado y experimental. Y nos daba la evidencia de que Mon Laferte ha evolucionado como artista, mostrando que es más que una intérprete de baladas. Su versatilidad y habilidad para jugar con diferentes géneros y sonoridades quedaría más que reflejado a lo largo de la noche. Sin duda, su talento y creatividad trasciende fronteras, y va a seguir dejando huella en la industria musical.
Ya hacia la parte final del concierto, se escucharon éxitos como Amárrame o Metamorfosis, antes de llegar al final con Mambo y hacer lo propio de despedirse y volver a salir nuevamente al escenario.
La elegida para el bis sería la conocida Tu falta de querer, en la que la cantante, acompañada tan solo por su guitarra, entregaría el protagonismo al público, dejándoles cantarla a pleno pulmón y como gesto de agradecimiento, y que desde luego daba constancia del volumen de adeptos que no habían querido perderse este concierto. Y Finalmente, la noche se envolvió en la enigmática atmósfera de Casta Diva, un potente broche final que daba el cierre a la trigésimo primera edición del Festival Pirineos Sur como bien se merecía.