Durante cuatro días, del 26 al 29 de septiembre, Huesca se convierte en el centro neurálgico del teatro español. En la capital altoaragonesa se van a reunir más de cuatrocientas personas, profesionales de la programación teatral en España y Francia, que vienen a ver en diferentes espacios de la ciudad los más de treinta espectáculos que forman la programación de la XXX edición del Feria de Teatro y Danza de Huesca.
La Feria llega a su límite de capacidad de crecimiento puesto que las plazas hoteleras están en plena ocupación. Sólo podría crecer más en el caso de que se ampliara el número de camas disponibles en la ciudad. Son más de seiscientas personas, entre profesionales de la contratación y miembros de las compañías que vienen a mostrar sus espectáculos, las que van a participar en este evento. Evidentemente, una Feria de estas características es un acontecimiento de primera magnitud para la industria cultural oscense, pero también lo es para la hostelería y el comercio.
Aunque los primeros espectáculos ya se pudieron ver el lunes, fue ayer martes al mediodía cuando se inauguró oficialmente la Feria. En la sala polivalente del Palacio de Congresos diferentes compañías, organismos oficiales y profesionales del sector de las artes escénicas atendían las consultas que los visitantes les planteaban. Compañías de circo, acróbatas, centros autonómicos de creación teatral, fotógrafas especializadas en danza… En la Feria se puede encontrar de todo. En los diferentes escenarios las compañías presentan sus espectáculos al completo o, en algunas ocasiones, sólo algún fragmento o realizan un work in progress mostrando el estadio en el que se encuentra un espectáculo aún en desarrollo.
Jesús Arbués, director de la Feria de Teatro y Danza de Huesca, ha recordado su primera Feria, la primera de todas. Lleva asistiendo a las treinta ediciones sin faltar ningún año a la cita. Primero lo hizo como alumno del instituto, luego por afición, más tarde como alumno de teatro, luego como profesional y ahora como director. Como ha afirmado Arbués en el acto inaugural de la Feria, cada compañía se juega la vida en estas presentaciones. Para algunas de ellas será una lluvia de contratos, para otras la oportunidad de hacer una modesta gira, para otras puede ser un desastre colosal. Si el espectáculo no gusta, el trabajo y el esfuerzo de muchos meses se irá por la borda, por no hablar del descalabro económico que algo así puede suponer en estos momentos.
Y es que la cultura, especialmente las artes escénicas, están sufriendo la crisis de forma dramática. Lo citaba la Primera Teniente de Alcalde, Pilar Novales, en su parlamento inaugural: el IVA al 21%, la crisis económica, la falta de apoyos decididos, hacen que este sector sea especialmente frágil en estos momentos. También ha afirmado que, desde la concejalía de Desarrollo, de la que Novales es titular, la industria cultural es uno de los pilares del nuevo modelo de ciudad que se impulsa desde el PLE (Plan Local de Empleo).
Así que ya lo saben, disfruten de la programación de la Feria. La programación de los espectáculos está pensada para que los profesionales asistan y consideren su contratación, pero está abierta también al público en general a precios muy económicos. Es una ocasión única para ver creaciones artísticas que, de otra manera, sería muy difícil ver en la ciudad.