DIECIOCHO AÑOS DE COMPROMISO CON LA CULTURA Y EN FAVOR DE LA IGUALDAD

El pasado 18 de marzo finalizó la decimoctava edición de la muestra de cine realizado por mujeres dejando una cifra total de casi 4500 asistentes a lo largo de todas sus actividades.

Este evento anual en la ciudad de Huesca pone cierre otra temporada más con la satisfacción de una gran acogida por parte del público y un balance muy positivo. Una misión a la que se dedicaron con mucho trabajo y esfuerzo un equipo de ocho personas. Unas mujeres, en las que me incluyo, que invierten voluntariamente su tiempo a lo largo de todo el año para sacar adelante un proyecto tan relevante en la vida cultural de la capital oscense y en cambio poseedor de un presupuesto nada comparable con otros eventos destacables de la ciudad.

Una muestra organizada desde el Colectivo Feminista de Huesca y patrocinada por el área de cultura del ayuntamiento, la diputación provincial y la fundación Anselmo Pie, que año tras año confían en esta cita imprescindible. La cual cuenta siempre con la inestimable y enriquecedora colaboración de diversas asociaciones como han sido este año: Cadis, Alouda, Bienvenidxs Refugiadxs y Alzheimer.

Como bien decía Virginia Yagüe, la presidenta de CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y Medios Audiovisuales) en el acto de inauguración, debemos agradecer que desde una ciudad como Huesca se aliente y se muestre esta exhibición de películas dirigidas y realizadas por mujeres porque de esta manera se reafirma el compromiso con las mujeres, con las autoras y con la igualdad.

Y de eso se trata, de feminismo, de un movimiento que ha dejado de ser minoritario y marginal para hacerse paso entre las mayorías. A pesar del constante intento de desprestigiar y desacreditar el término desde algunos sectores, el movimiento es imparable, y la manifestación del pasado 8 de marzo no hizo más que subrayar la incipiente unión de una sociedad por una reivindicación de derechos legítima y necesaria. Estamos en el cambio, pero todavía queda mucho que hacer.

 

De hecho el último informe de CIMA elaborado por Sara Cueva, La representatividad de las mujeres en el sector cinematográfico español, presenta datos como que las mujeres solo ocupan el 26 % de los puestos de responsabilidad en el cine. Y en alguna de las profesiones relacionadas el porcentaje roza el ridículo: solo hay un 2 % de mujeres directoras de fotografía, un 3 % de mujeres creadoras de efectos especiales, un 7 % en sonido y un 8% en composición musical. Por el contrario, un 83 % son diseñadoras de vestuario y un 75 % se dedican al maquillaje y a la peluquería. Y otro dato destacable sería que la media de presupuesto de una película española es de 2,2 millones de euros si la dirige un hombre, la mitad si la dirige una mujer.

Además otro estudio de AISGE (la entidad que gestiona los derechos de propiedad intelectual de los/as intérpretes) junto a la Unión de Actores y Actrices revela datos en cuanto a la aparición de personajes femeninos en los filmes y en las series. Aunque las mujeres somos un poco más de la mitad de la población, el porcentaje de personajes mujeres en el mundo audiovisual es de un 37% que además varía con la edad; a mayor edad de las actrices menos papeles hay para ellas.

Por eso la muestra en esta edición quiso poner el foco de atención en esas mujeres de avanzada edad, que están más sometidas a ese ninguneo y despropósito por parte de la industria cinematográfica.

Películas dirigidas por mujeres mayores y activas, en plenas facultades para el desempeño de su profesión. Mujeres poseedoras de talento y experiencia, y que todavía tienen muchas cosas que decir. Ellas continúan experimentando en su realizaciones como vimos en el caso de Agnès Varda, Vanessa Redgrave, Mª Victoria Menis, Sally Potter o Doris Dörrie, o bien como protagonistas en las películas y documentales como por ejemplo Las ventanas abiertas, The Party, Recuerdos de Fukushima, Une jeune fille de 90 ans, o Chavela.

En resumen, una programación que destacó a esas mujeres mayores protagonistas de sus historias y de sus propias vidas. Mujeres creadoras y creativas que también merecen ser representadas a pesar de las trabas que se les han impuesto en el cine y en la sociedad.

No olvidemos que la muestra de cine realizado por mujeres cuenta con 18 años a sus espaldas y durante los cinco días de proyecciones en el Teatro Olimpia de Huesca subyace el compromiso para con las mujeres. Una exhibición libre de prejuicios y censuras, que cuenta con la riqueza de tratar temas o historias que de otra forma no llegarían al gran público. A la que se le suma una interesante propuesta de actividades paralelas que contaron este año con música, cómic, pintura… y todo ello hondeado por el lema de #másmujeres en el cine y en todos los ámbitos de la cultura.

La revolución será feminista o no será, y desde la muestra de cine realizado por mujeres de Huesca se seguirá programando y visibilizando un trabajo que merece ser reconocido al igual que el de sus compañeros masculinos. Sin el relato de la otra mitad de la población la historia está incompleta.