La capacidad representativa y de acción de estas asociaciones han sido los ejes de este encuentro profesional

 

 

El 45º Festival Internacional de Cine de Huesca ha abordado la problemática que rodea al mundo del cortometraje y las posibles vías de trabajo a través del asociacionismo. La capacidad representativa, así como su función dentro del sector han sido los ejes fundamentales de este encuentro donde se aglutinaban las principales asociaciones a nivel nacional: Coordinadora del Cortometraje Español (CCE), Plataforma Nuevos Realizadores (PNR) y Asociación de la Industria del Cortometraje (AIC); junto a éstas se encontraba la Academia de Cine Aragonés y diversos representantes del tejido cinematográfico de esta comunidad.

 

La cohesión, es para muchos responsables del sector, la clave de la industria del cortometraje. Pepe Jordana, miembro fundador de la Coordinadora y moderador del encuentro, apuntaba de manera firme que “el cortometraje español es de toda España”; haciendo clara referencia a la destacada capacidad de producción que se observa en cada uno de los territorios y haciendo un llamamiento a la unión, así como a la desmitificación de cualquier tipo de centralismo. La autocrítica también tenía espacio dentro de este encuentro y era el propio Jornada quien apuntaba la necesidad sumar nuevos miembros activos que permitan contar con una mayor fuerza de negociación. Por su parte, Bernabé Rico, presidente de esta coordinadora, apuntaba el importante avance que supuso la creación de estas entidades, “cuando alguien tiene un problema en el mundo del corto, ahora hay un lugar a donde recurrir” .

 

En el ámbito de los Festivales se analizaban unas líneas de trabajo que destacaban la retroalimentación certamen-realizador, así como el hecho de que la plataformas online de inscripción se han convertido en un elemento clave. “Son el mayor poder de comunicación, tienen una base de datos que nadie tiene” destacaba Azucena Garanto, directora del Festival Internacional de Cine de Huesca; al mismo tiempo Azucena apostillaba que “estas plataformas han mejorado gracias a las aportaciones de los Festivales, ya que hacemos de interlocutor directo entre cortometrajistas o distribuidoras y ellas”.

 

La última de las partes representada en este encuentro informal, los directores, evidenciaba su necesidad de información en un ámbito como el cortometraje. Todavía en vías de profesionalización y con un elevado número de potenciales nuevos miembros que surgen cada año; las asociaciones pueden jugar un papel clave, “son quienes al final podrán defender tus intereses y derechos como cineasta”, en palabras de uno de los realizadores presentes.

 

La situación es compleja pero ha quedado manifiesto de manera unánime que el camino es el trabajo coordinado pero al mismo tiempo, la reclamación de un tratamiento mucho más flexible por la parte gubernamental.

ENCUENTROS EN TORNO AL CORTOMETRAJE

 

Desde el 2014, la coordinadora del cortometraje español, que aspira a ser la auténtica casa del corto, promueve este tipo de encuentros constructivos que por primera vez llegaba a la capital altoaragonesa. En estas mesas el objetivo es buscar propuestas concretas para llevar a la práctica a través de los asistentes. En este tiempo han conseguido muchas cosas importantes como una relación fluida con el ICAA y una comisión permanente en la Academia. Este año llegaba a Huesca con el ánimo de que el diálogo local y nacional sobre el cortometraje se enriquezca mutuamente y se determinen nuevas líneas de colaboración y lucha por el bien común.

 

Para el festival oscense, es el segundo año consecutivo en el que se lleva a cabo este tipo de encuentro y en esta edición se buscaba una unión de la mirada local y global, para lo que se contó con la organización de la Coordinadora del Cortometraje Español en colaboración con la Academia del Cine Aragonés y Heraldo de Aragón.

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