Imagen: Luis Lorente

Llegó, vio y venció. Así de sencillo. Leiva demostró en el escenario del Recinto Peñas que es uno de los cantantes al que mejor le sienta el directo. Su concierto fue una auténtica apisonadora que, a pesar de una inesperada interrupción, agarró al público y no lo soltó hasta el final. Antes habíamos asistido a la actuación de Domador, quienes supieron aprovechar la ocasión y ofrecernos su mejor versión.

Domador

Concierto de Domador. Imagen: Luis Lorente

El Veintiuno ha acertado plenamente en lo que llevamos de fiestas con la programación de los conciertos. No solamente ha conseguido traer grupos de diferentes estilos que cubren un amplio espectro de público, sino que ha aprovechado para programar como teloneros a artistas solventes que son de la zona o que tienen contactos muy directos con Huesca. Difícil lo tenía con quien tuviera que telonear a Leiva, pero Domador fue una excelente elección. Los cuatro hicieron una actuación soberbia y dejaron un muy buen sabor de boca.

Con puntualidad suiza empezó Domador su actuación. Todavía reciente su concierto-presentación en abril en el Centro Cultural Manuel Benito Moliner, donde presentaron ante su público los seis temas de su último EP Ser Accidente, eran conscientes que en esta ocasión tendrían otro tipo de público y se emplearon a fondo.

Domador concierto San Lorenzo 2017. Imagen: Luis Lorente.

Si en abril se notaba mucho la diferencia entre los temas antiguos y los nuevos, en esta ocasión se ha notado un equilibrio mucho más trabajado entre los temas. Se nota que han girado por diferentes puntos de España con Ser Accidente y que han sabido aprovechar estos meses. Domador es una banda plenamente madura, que ha sabido encontrar el camino para su Pop Pánico, aunque ahora deberíamos hablar ya claramente de Rock Pánico. Brillaron con sus temas, especialmente con El elemento oblicuo y Si me dejaras, y también con la única versión que presentaron ayer, un clásico en sus conciertos, que se ajusta como un guante al espíritu de Domador; se trata de una versión de El Pasaporte, de Los Brincos, que se convierte en un himno pánico en sus manos. Ayer consiguieron calentar al público y dejarlo a punto de caramelo para lo que iba a llegar.

Leiva concierto San Lorenzo 2017. Imagen: Luis Lorente.

Leiva

Y lo que llegó fue un huracán. Debo confesar que, hasta ayer, sólo había escuchado a Leiva en disco y que, francamente, no me interesaba demasiado. Sí, reconozco que ha compuesto un buen número de buenas canciones y que sus referencias están muy claras, ya desde los tiempos de Pereza y también en solitario, pero esa voz tan clara y esa producción tan pop para unas canciones tan rock, esa apuesta tan clara por una comercialidad mal entendida, hacían que me distanciara de sus discos. Veía el potencial, pero el resultado me parecía un producto pensado exclusivamente para la radiofórmula. Sigo pensando lo mismo respecto a sus discos, son demasiado bonitos para ser Rock’N’Roll, pero en directo… En directo Leiva es un vendaval, un rockero como la copa de un pino, un frontman como pocos hay en los países hispanos, y va acompañado de una banda, la Leiband, que es más implacable que la de Jesse James. Le cambia hasta la voz. Leiva es un ejemplo clarísimo de cómo una producción musical puede rebajar cruelmente el trabajo real de un músico que es millones de veces mejor en directo que en estudio. Quien asistió al concierto puede explicar cómo un tipo agarró del cuello a más de 3000 personas sin pestañear e hizo con ellas lo que quiso durante hora y media.

Leiva, concierto San Lorenzo 2017. Imagen: Luis Lorente.

El último incendio abría la setlist de la noche, llena de canciones de su último trabajo, Monstruos (2016), una canción muy apropiada para poner en vereda a un público que se rindió sin condiciones. La lluvia en los zapatos, Animales y Guerra Mundial, siguieron una tras otra, sin transición ni dejar tiempo a respirar a los espectadores que estaban atrapados en un torbellino de puro Rock’n’Roll. En el escenario Leiva y la Leiband se lo estaban pasando muy bien y generan una energía de buen rollo que llega multiplicada y se expande entre el público. Me gusta que mezcle sin complejos canciones de su etapa en solitario con las de Pereza. Uno nunca debe renegar de su pasado.

Tras cuatro canciones en las que el madrileño ha puesto las cartas sobre la mesa, se presenta, pisa el embrague y pone una marcha más. Windsor abre esta nueva sección del concierto, seguida de Palomas y Los Cantantes. Cuando se dispone a presentar Sixteen en homenaje a Chuck Berry, se produce un hecho inesperado. Leiva exclama que está pasando algo raro y llama a los servicios de seguridad y a los de sanidad. Una chica se ha desmayado y el cantante interrumpe el concierto. En un minuto una ambulancia se ha abierto paso entre el público y en tres minutos se llevan a la espectadora que ha sufrido el desmayo. El ritmo del concierto, impecable hasta ese momento, se ha roto y hay que volver a levantarlo. Los ocho músicos que hay en escena se ponen a picar piedra y con Sixteen, Eme y Breaking Bad ya han vuelto a dominar la situación. Esta última representa un respiro en el tremendo ritmo que está llevando el concierto y también un momento para que 3000 voces canten al unísono esta gran canción.

Miedo, Ciencia Ficción, Super Hermanas… las canciones se suceden una tras otra, versiones tan mejoradas de las que todos conocemos que es como si las escuchara por primera vez. El único reproche que se le puede hacer es que cuando canta casi no se entienden las letras, un problema de vocalización tan común entre cantantes y actores españoles que ya es cansino repetirlo.

Leiva. Imagen: Luis Lorente.

Vis a Vis le permite unos minutos de respiro, se pone tierno y con él el público, que alza los brazos y corea la balada, meciéndose de un lado a otro. Monstruos continúa esta parte más íntima, canción que es coreada con desesperación por un treintañero a mi derecha. Electricidad sirve para hacer la transición entre baladas y la vuelta al Rock. La fuerza de la voz de Leiva en directo contrasta con esa vocecilla de sus discos. Es en Electricidad donde le vemos transitar por varios estilos de rock en una sola canción, donde la comunión con la Leiband, que ha sido intensa durante todo el concierto, aquí se convierte en perfección, también es cuando vemos que el público no tiene bastante con cantar y bailar y empiezan a volar las primeras cervezas por las cabezas de los asistentes. Como lo tienes tú sirve de transición para llegar a Medicina, canción en la que la banda pone toda la carne en el asador. Con Terriblemente Cruel pisan el acelerador y suben una marcha más para llegar hasta Mirada Perdida con un público totalmente entregado y cantando como si no hubiera un mañana. Saludan al público y desaparecen del escenario incitando a esa extraña y absurda tradición de la petición de bises.

Leiva y la Leiband. San Lorenzo 2017. Imagen: Luis Lorente.

Dos temas de regalo: Sincericidio abre los bises en los que el cantante informa que Rosa, la chica que se ha desmayado, se encuentra perfectamente y está descansando en su casa y le dedica el concierto. Como cereza de tan sabroso pastel, Lady Madrid cierra un concierto musicalmente casi perfecto en el que el fantástico diseño de luces trabaja a favor del espectáculo pero sin que sea necesario en ningún momento para aumentar la intensidad de lo que se vive en la escena. Sin duda, una noche perfecta para los que disfrutamos de la música en directo. Leiva llegó, vio y venció.