Ya hay ganadores en la convocatoria ‘Aleluyas de la pandemia’, enmarcada en el programa de actividades de la exposición ‘Arte Ingenuo. Colección Santos Lloro’ que organiza la institución provincial. Los autores de las obras seleccionadas obtendrán 300 euros. Se trata de diez visiones de la crisis sanitaria del coronavirus que plasman escenas dramáticas que han asolado al mundo, cuentan anécdotas curiosas o describen el desarrollo de los acontecimientos con tono irónico o socarrón.
Escenas dramáticas que han asolado al mundo en 2020, anécdotas curiosas en distintos países o interpretaciones muy creativas sobre el desarrollo de los acontecimientos y los porqués… son algunos aspectos que quedan reflejados en viñetas en las diez obras inéditas seleccionadas en la convocatoria de la Diputación Provincial de Huesca titulada ‘Aleluyas de la pandemia’, en el marco de la exposición ‘Arte Ingenuo. Colección Santos Lloro’.
Una comisión mixta formada por profesionales de las artes plásticas y técnicos de la propia sección de Cultura de la institución provincial ha valorado las veinte propuestas presentadas a a esta convocatoria. Los autores de las diez obras seleccionadas obtendrán 300 euros.
El “gran nivel de calidad de la mayor parte de las piezas presentadas” no se lo ha puesto fácil al jurado, según destaca en su veredicto. La originalidad, el uso de elementos tradicionales del género, las soluciones visuales; la construcción del relato; la aplicación plástica; la coherencia narrativa y el cumplimiento de los requisitos técnicos han sido los principales criterios aplicados para escoger las finalistas.
La diputada de Cultura Maribel de Pablo ha señalado que esta convocatoria ha servido para “fomentar la creación artística, mediante un formato como es la aleluya que tuvo su gran esplendor en el siglo XX y que ofrece grandes posibilidades a los artistas plásticos” y ha precisado que “la actividad está vinculada a la exposición ‘Arte Ingenuo. Colección Santos Lloro’ porque alberga una gran representación de arte impreso, como por ejemplo la literatura de cordel, que marcó a muchas generaciones y que se recuerda con nostalgia como un elemento de ocio y de entretenimiento muy instructivo”.
El elección incluye ejemplos que se fijan especialmente en la tradición del formato, como la obra titulada ‘Un virus, un ciego y un pangolín’ del diseñador gráfico montisonense Antonio Isla con un relato cargado de socarronería que trata de transmitir el siguiente mensaje que explica el autor: “Como ecologista militante, encuentro el origen de esta pandemia en el espolio medioambiental y suicida que el ser humano ejerce sobre el planeta. Esta actividad humana puede desencadenar catástrofes climáticas, ambientales o como vemos hoy sanitarias”.
Por su parte, Martín Moreno Oliván firma ‘Crónica de una pandemia moderna’, una versión actualizada de las clásicas aleluyas mediante “un lenguaje visual contemporáneo e ingenuo, casi iconográfico, acompañado de sencillas rimas que complementan el trasfondo reflexivo, con una crítica al modelo de sociedad actual”, en palabras de su autor.
‘Capturas pandémicas’ de Lucía Naval es una propuesta que ensalza el poder de la imagen. Sus viñetas representan momentos y escenas clave de la crisis sanitaria del coronavirus, sin texto que las complemente. La autora ha configurado esta aleluya con mucha originalidad y, tal y como ella misma la describe, es “un juego para toda la familia donde se invita a identificar y donde se asegura la discusión, la risa y quizás también alguna lágrima. Un memorándum donde los espectadores podrán reconocerse y serán partícipes de la construcción del relato”.
La ironía se apodera de obras como ‘Donald Trump y el Covid-19’, de Fernando Hatake, que plasma en viñetas la sugerencia del expresidente de Estados Unidos a la ciudadanía de ingerir desinfectante para tratar la infección de coronavirus. Se trata de una divertida aleluya que acerca esta historia con un lenguaje muy directo.
‘Mantendremos la esperanza’, de Tamara Andría, es un collage digital que actualiza el formato de la aleluya con figuras muy concretas como protagonistas en cada viñeta y con mensajes muy directos que no dejan al espectador indiferente. En una línea similar se encuentra ‘La distancia no aleja sentimientos’ que firma Marina Latorre; una obra de ilustración digital muy directa en la que el color rojo predomina por encima de todo.
Otra opción es la obra ‘Antonio, pasando, ha terminado llorando’ de Simón Domínguez, un relato sobre un señor que se desentiende de la situación por la pandemia y su actitud desemboca en hechos irreversibles, que cambian su punto de vista de manera repentina. Asimismo, Izarbe Lucía Ciprés presenta una obra con una sola imagen fragmentada en viñetas, una habitación. Se trata de una representación de la etapa de confinamiento domiciliario que marcó el comienzo de la situación de alarma de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus.
‘Consumo en cuarentena’, de María Ángeles Bandres Goldáraz, narra cómo el Covid- 19 se adueña de la agenda informativa y, mientras tanto, hay otros asuntos que pasan desapercibidos a pesar de la preocupación que deben suscitar, según la autora, y que son “el desastre ecológico y sus consecuencias, la emigración y la pérdida de biodiversidad”.
La finalista ‘Ciclo del Agua’, de Carlos Aquilué, se basa en el espíritu y las características de las Aleluyas clásicas, dotando a la obra de un carácter narrativo entre poético, humorístico y crítico. Su autor señala que la metáfora está presente de principio a fin de la obra, ya que el hilo conductor es el fluir del elemento líquido que representa el ciclo vital de las personas y que se ve truncado por la pandemia.
Cabe recordar que esta convocatoria estaba dirigida a ilustradores, diseñadores, historietistas, fotógrafos, escritores, guionistas, etc con el objetivo de fomentar la creación artística y aplicarla a un episodio histórico de una gran trascendencia como es la pandemia del Covid-19.