El festival Sonidos en la Naturaleza, SoNna Huesca 2022, se inauguró en Tamarite de Litera con el doble espectáculo “Sueños en la Frontera”, de Producciones Viridiana, que llenó aforos el viernes y el sábado
El maestro Carlos Núñez lideró ayer una gran fiesta gaitera en Graus, junto a Os Mosicaires y sus invitados, que entusiasmó al público en una plaza Mayor repleta de incondicionales
El primer concierto de la tercera edición del SoNna Huesca a cargo del maestro Carlos Núñez y Os Mosicaires de Graus tuvo todos los ingredientes de una gran fiesta gaitera; una fiesta celta o celtibérica, que llevaba por título “De los Pirineos a Finisterre” y logró entusiasmar al público que atiborró la plaza Mayor de Graus durante las casi tres horas de espectáculo. A las quinientas plazas sentadas se sumó el respetable situado fuera del recinto, en los soportales, balcones o aledaños de la plaza. Casi, otros tantos.
Carlos Núñez se subía al escenario en loor de multitudes y apenas había cogido el micrófono interrogó al público. “¿Quién estuvo aquí en 2007?” Y muchos levantaron la mano. El erudito y el virtuoso se alternan en el gallego con su capacidad de transmitir, su empatía y su entusiasmo. No dejó de hablar y de interrogar a los presentes. “¿Quién ha estado en Gales?”.
La fiesta recorrió todos los paisajes de la cultura celta: verdes campiñas de Irlanda, de Bretaña, de Galicia… Núñez alternó gaita y flauta, como suele ser habitual; al principio, formando banda con acordeón (Itsaso Elizagoien), violín y percusión, y después sumando gaiteros (Os Mosicaires e invitados), que tan pronto aparecían entre el público o surgían de los balcones, quizá la sorpresa más simpática del espectáculo en una plaza como la de Graus, repleta de arte y de balcones.
El espectáculo estaba estructurado en dos o, mejor dicho, tres conciertos. A las 19.30 horas subían al escenario los mejores teloneros posibles para un concierto de Carlos Núñez en Graus. No es que calentaran el ambiente, que ya lo estaba (35º), sino que más bien lo refrescaron.
Como mandan los cánones, el público quedó a la sombra y Os Mosicaires al sol durante buena parte de su concierto, pero lo salvaron con nota. El ensemble local subió al escenario con todo y con todos –hasta Vicki Lafuente-y aprovechó la fiesta en su casa para darse un merecido homenaje. Subieron invitados de los cuatro rincones de Aragón; gaiteros, sobre todo, pero también acordeonistas, violagambistas (Pilar Almalé), joteros… Por momentos eran más de una docena en el escenario. Os Mosicaires repasaron parte de su ya amplio repertorio, con tres trabajos publicados, y ofrecieron algunas joyas del folklore pirenaico, con mención especial para su versión del dance de Santa Orosia, con chiflo y salterio.
Carlos Nuñez comenzó interpretando con la gaita “Reels”, una de sus favoritas para abrir y marcar un ritmo frenético de concierto y “Fionn”, las dos introducidas a tambor, ya con la flauta. Después, un pequeño paso por la península con “Fandango” y “Costa de Galicia”, y poco después la histórica “Marumuradora” para calmar los ánimos.
Tras media hora en solitario, Carlos Núñez alternó temas con su grupo y con Os Mosicaires, todos o en parte, en el escenario. Con ellos interpretó “Entrelazado”, con desfile de gaiteros incluido, “An Dro”, “Greenlands”, con los gaiteros apareciendo en los balcones o “Aires de Pontevedra”, con la que remató el concierto, ya con público sobre el escenario y los ánimos muy calientes, a pesar de que la temperatura había bajado bastante.
Espectáculo inaugural
La tercera edición del SoNna Huesca se inauguró el viernes en Tamarite de Litera con el espectáculo multimedia “Tamarite. Sueños en la frontera”. Con el aforo completo, el proyecto ad hoc de Producciones Viridiana dirigido por Jesús Arbués, hipnotizó al público con un espectacular video mapping proyectado sobre la fachada-portada de la iglesia de Santa María que repasó la historia de Tamarite.
Uno de los hilos conductores del espectáculo fue el reconocimiento a tres personajes nacidos en la localidad: San Vicente de Paúl, la poetisa Dolores Cabrera y el mago Florences Gili, al que de alguna manera encarnó y homenajeó su mejor heredero en el Alto Aragón, el mago Ismael Civiac, que intervino con trucos y efectos en momentos determinados de la narración.
Otro de los ingredientes destacados del espectáculo, introducido por una pareja de presentadores, fue el aspecto musical, encarnado por Olga y los Ministriles, que aportaron la poética necesaria para equilibrar la potencia de las imágenes, algo que también consiguió la bailarina Alba Torres.
Desde los orígenes iberos y la conquista romana o la época medieval, hasta la construcción del canal y la emigración, el espectáculo “Sueños en la frontera” repasó los hitos históricos de la localidad a través de efectos, fotografías, infografías y murales cromáticos espectaculares. Tanto fue así, que en la segunda sesión, prevista para el sábado y para la que apenas se habían vendido invitaciones, el aforo volvió a quedarse pequeño. El boca a oreja consiguió un nuevo éxito.
El primer fin de semana del SoNna Huesca se cierra hoy en la plaza de Arén con la actuación de la argentina Sofía Rei, una de las grandes citas del festival, solo aminorada porque Sofía Rei es una gran desconocida en nuestro país. El público podrá disfrutar de un pequeño aforo y de una actuación íntima en la plaza de Arén que en Nueva York o en Buenos Aíres hubiera sido imposible.
Argentina radicada en Nueva York, Sofía Rei mezcla géneros y tiempos musicales de forma radical, pero sin perder la tradición andina y su pasado sonoro. En el III Festival Sonidos en la Naturaleza, SoNna Huesca, Sofía Rei presentará su último trabajo, Umbral, con un formato de trío, acompañada de J. C. Maillard y Sabrina Romero. Umbral, describe el recorrido de una mujer que busca su lugar en el mundo. Son canciones en las que Rei conjuga la tradición folclórica y el futuro digital, y da forma a una serie de autorretratos íntimos, fragmentos de historias y pensamientos.
Tras recorrer la Huesca más oriental, el próximo fin de semana, el SoNna Huesca girará por el Medio y el Bajo Cinca.