El Salto de Bierge y la ermita de La Carrodilla se consagran como escenarios privilegiados del festival Sonidos en la Naturaleza. Ixeya y Rumbo Tumba ofrecieron dos recitales íntimos y vibrantes. El fin de semana que cierra el mes de julio lo culmina el dúo asturiano L-R con su concierto en la ermita de Nuestra Señora de la Bella en Castejón del Puente
La tercera edición del SoNna Huesca cierra el mes de julio con una gira por el Somontano de Barbastro que ha consagrado dos escenarios naturales privilegiados. Uno, muy popular y conocido, pero inédito en propuestas musicales, como es el Salto de Bierge, y el otro, todo un descubrimiento que aparece en la sierra de la Carrodilla cuando ya piensas que Google Maps se ha equivocado, como le sucedió ayer a varios usuarios. Hoy es el turno de la ermita de Nuestra Señora de la Bella, en Castejón del Puente, donde no habrá lugar a confusión, pues se encuentra a escasos 500 metros del caserío de Castejón y se accede desde la propia localidad.
El cuarto fin de semana del festival Sonidos en la Naturaleza, SoNna Huesca 2022, comenzó el viernes a orillas del río Alcanadre con una refrescante actuación, tanto por el entorno, como por la edad y la propuesta de Ixeya, un dúo aragonés de música que practica el “cantautoreo introspectivo, rural, feminista y musicalmente diverso”, que es como ellas mismas se definieron. Elisabeth y Myriam reivindicaron con sus canciones la España vacía, el mundo rural y Santa Engracia (Tauste), el pueblo de las Bajas Cinco Villas que las vio crecer.
A orillas del Alcanadre, en el bosquete aguas arriba del Salto de Bierge, Ixeya repasó “2020”, su EP de cuatro canciones que recorre las estaciones del año, y completó el recital con composiciones de su repertorio, muy cuidadas y en formato acústico, apenas adornadas con percusiones (maraca, cajón), guitarras, ukelele o pac electrónico. También cantaron “Corre”, su canción en aragonés que fue incluida en el disco O Zaguer Chilo III, editado por la escuela de aragonés Nogara.
Venían de tocar en Caspe, Aínsa y Sallent, pues dicen se han convertido en el perejil de todas las salsas festivaleras. En mayo compartieron escenario en Zaragoza con las célebres Tanxugueiras y como allí, en el SoNna Huesca alternaron el aragonés con el castellano en su concierto, mitad indie, mitad folk de cantautor.
La propia historia de Elisabeth López y Myriam Carbonel es una historia de retorno, de vuelta al mundo rural. Ambas dejaron su pueblo para estudiar, recorrieron Granada, Salamanca y Zaragoza, y después volvieron para asentarse allí y explotar su talento jugando en casa, con todo lo que eso supone.
Rumbo Tumba en La Carrodilla
El sábado, el SoNna Huesca se trasladó al municipio de Estadilla para ofrecer el concierto de Rumbo Tumba, el proyecto musical del argentino Facundo Salgado, que ya visitó hace algunos años Pirineos Sur y que ayer logró convencer a un numeroso público que casi completaba el aforo previsto de 250 personas. Una vez se había sacudido el polvo acumulado en la pista de acceso, el respetable se sumergió en la atmósfera que con tanto mimo cuida este electrónico “hombre orquesta”, que interpreta y graba al mismo tiempo, y superpone pistas en un juego mágico de sonidos y ambientes que de algún modo se acercan a una especie de mantra.
Rumbo Tumba desgranó su último trabajo, Río Adentro, un homenaje a su tierra natal, el delta del río Paraná. Fue un discurso casi enteramente instrumental, solo salpicado de algunas voces, que logró generar las mismas sensaciones que cuando uno se sienta en la orilla de un río y su murmullo le invita a la reflexión, más que a la contemplación. Como él mismo explicó, toda su música está inspirada en la naturaleza, por lo que actuar en el SoNna Huesca llenaba de sentido su trabajo.
Rumbo Tumba –o Facundo Salgado- mezcló una curiosa variedad de instrumentos artesanales de América del Sur, casi todos ellos de madera, para lograr que la música de raíz, el folklore andino, viajara hasta el presente de la mano de finas herramientas digitales de vanguardia. El argentino usó casi tanto los pies, como las manos, en ese juego de grabar y soltar que tanto sorprende al profano.
Folk asturiano en Castejón del Puente
El mes de julio de la tercera edición del certamen lo cerró en la ermita Nuestra Señora de la Bella de Castejón del Puente, otro escenario inédito para el SoNna Huesca, el grupo asturiano L-R. El dúo, formado por Leticia González (voz y percusión) y Rubén Bada (guitarras eléctricas) deconstruye y reinterpreta la música tradicional asturiana mediante la fusión de instrumentos tan diferentes como la pandereta y la guitarra eléctrica. En su lectura personal, L-R incorporan sonidos más próximos al blues, al jazz o al rock y denominan su propuesta como “post-folk asturianu”.
El próximo fin de semana, el festival todavía rendirá visita al Somontano con el concierto de Blanca Altable en Peralta de Alcofea, para luego dirigirse hacia el norte, hacia Broto y Bielsa.