COMUNICADO DE LA ASOCIACIÓN OSCENSE DE REALIZADORES
Cuando en la Asociación Oscense de Realizadores pensamos en la conveniencia de llevar a cabo la Muestra este año llegamos a la conclusión de que, siguiendo estrictamente la normativa y los protocolos sanitarios, y conscientes de que la cultura es segura, no había motivo para no hacerlo. Así, en principio habíamos programado celebrarla en el teatro Olimpia los días 17 y 18 de noviembre; sin embargo, las últimas limitaciones de horarios y aforos nos han hecho tomar la decisión de posponerla.
La Muestra de Realizadores Oscenses nació hace veintisiete años para servir de lugar de encuentro entre los autores y su público y sin afán competitivo; también para crear nuevos públicos y animar a otras personas que tuvieran interés por el sector audiovisual. Exhibición, conocimiento mutuo, acto social: eso es la Muestra. La de este año, con dos jornadas previstas, que tal vez podrían haber sido tres, incluía documentales, ficciones, videoclips, ensayos y videocreaciones que, con duraciones de entre uno y treinta minutos, hablan de normalizar la discapacidad, de los recuerdos de la mili, de la escasa presencia de las mujeres en la historia del arte, de dramas sociales, de conflictos políticos, éticos y personales y, por supuesto, del confinamiento, sin que falten el humor y el homenaje al cine mudo o las referencias al mundo onírico y al musical.
Entre las producciones que a fecha de hoy están terminadas hay algunas que serían estrenos y otras que ya llevan un largo recorrido: Iglesia de humo, Vida independiente y Cardelinas, de Tomás Generelo, cuya protagonista, Carmen Barrantes, ha obtenido este año el Premio Simón a la mejor actriz por su interpretación de Concha Monrás; Otra forma de caminar, de Laura Torrijos-Bescós, primer premio en el V Festival de Curtmetratges sobre Salut Mental PSICURT de Tarragona y mención especial del jurado del Festival de Cine Inclusivo de Vigo; Dices tú de mili…, de Maxi Campo, que acaba de publicar su primera novela, antes guion de largometraje; Ellas, de Amalia Sesma y Eduardo de la Cruz, que da voz a la historiadora Ángeles Caso y a diferentes artistas aragonesas; Fantasía confinamiento, estreno de José Antonio Fortuño; La comulgante, de Ignacio Lasierra, cortometraje que cuenta con una amplia trayectoria y cuyo realizador tiene ya un proyecto de largometraje, Perseidas; Leslie Spinning Speaker y Penny Whistle Exorcighasm, estrenos que nos envía desde Brooklyn Lorenzo Sanjuán; Manjhathan, estreno de Óscar Úbeda Lucía; Ofra & Khalil, de José Alberto Andrés Lacasta, recién seleccionado en el Blow-Up Chicago International Arthouse Filmfestival y en el Newark Latino Film Festival; Solo, de Lorenzo Montull, con siete nominaciones en el Festival de Cine de Fuentes de Ebro, cuya celebración está pendiente de fecha; Sueños, de César Casanova, Bell Sanlos y Marisa Tajada, y Tururú 23, de César Casanova y Marisa Tajada, producción confinada, como tantas otras, tras su estreno en marzo de 2020. La Muestra incluía asimismo el tráiler del largometraje Armugán, producido por Daniel Vergara y Leo Dolgan, rodado en Boltaña y Ascaso, entre otras localizaciones, y seleccionado para estrenarse en la sección oficial del Black Nights Festival de Tallin.
En distintas fases de su desarrollo hay producciones como La pared, de Gala Gracia, una historia de familia; La primera comida, de Jorge Claver, con la colaboración de Virginia Allué y Piter Saura; el largo documental Los saldos, de Raúl Capdevilla, un wéstern poscrepuscular, en palabras de su director; Sébastienne, de José Alberto Andrés Lacasta, una oscura historia de culpa y deseo, o Guarga, río de vida, un documental de Eduardo de la Cruz y Amalia Sesma-Nuez.
En resumen, podemos decir que, aunque en mayor o menor medida la pandemia nos ha afectado a todos, el audiovisual altoaragonés tiene buen pulso. No nos hemos ido. Los productos audiovisuales nacen, crecen, se desarrollan y no mueren, así que es y será seguro que volveremos a vernos en una sala, el espacio natural del cine.