El pasado fin de semana llegaba la primera edición del Benás Fest, un festival de música algo diferente en su especie por cosas como la sede elegida para realizarlo: Benasque (Huesca), enclavado en un hermoso valle, donde poder refugiarse del bullicio y disfrutar de temperaturas más agradables que las propias del verano.
A parte de contar con la noche del sábado 28 como el plato fuerte del festival, los organizadores quisieron completarlo con alguna que otra actividad más desde el viernes hasta el domingo, que incluía a dj Maadrassoo y Unoodos djs, proyección de un documental, una exposición y una feria del disco. A lo que se le sumaría el concierto del sábado por la tarde en la plaza Llavadó de la banda The Slingshots, de una fuerza escénica brutal y un gran elenco de músicos entre sus filas que hicieron bailar a ritmo de funk-soul incluso a los mas pequeños.
Centrándonos ya en materia, los encargados de abrir la noche fueron dos bandas oscenses, primero Domador y seguidamente El Verbo Odiado. Para la ocasión ambas formaciones solo pudieron contar con media hora, lo que quizás hizo que nos supiera a poco, pero que no impidió que sacaran toda su artillería pesada y demostrarán ser dos bandas de referencia indie aragonesas.
Domador, con Chema Barrio al frente abrieron fuego con su sonado éxito Si me dejaras, que aunque la presencia de público todavía era bastante escasa hizo que los ahí presentes se animarán a marcarse los primeros contoneos con el sonado hit. Entre tema y tema no faltaron los toques de humor por parte del grupo, o canciones como He visto tu pasaporte o como última canción Proyecto Manhattan de su último disco Ser accidente.
El Verbo Odiado tomó el relevo ya con la fuerza del Cazador, y con ganas de hacer Ejercicios musculares al son de unos cuantos temas más hasta llegar al momento álgido con Tu casa, todo un hit y con el esperado subidón de guitarras y de punto final con El Odiado.
A estas alturas la afluencia de público había incrementado y la medianoche estaba cerca. Con ello uno de los cabezas de cartel hacía aparición de la mano de Paco Neuman y su portentosa banda en su gira Crashpad. El protagonismo como no podía ser de otra forma se lo llevaron sus guitarras, nada más y nada menos que ocho, y un conjunto de músicos haciéndolo francamente bien. Neuman en estado puro, sin parafernalias, florituras, ni discursos. Supo ganarse la atención de su público con elegancia y consiguió que el tarareo del ya famoso Turn it no cesara de escucharse durante un buen rato. Potentes guitarreos y subidón de decibelios para repasar un setlist de temas como Bye fear/Hi love o temas mayúsculos como Deleted files del comienzo. En mi opinión, lo mejor de la noche.
Ahora el turno le tocaba a uno de los grupos más esperados. Viva Suecia subía al escenario al son de ‘Jurassic Park’ preparado para ofrecer un show protagonizado por el juego de luces y focos y el incremento de entrega por parte del grupo tema a tema. Conforme transcurría el show lograron poco a poco implicar más a la gente en un concierto marcado por la lluvia de confeti sobre nuestras cabezas en su indudable himno Bien por ti, por los bailes entre el público con Hemos ganado tiempo y las peticiones de tarareos por parte del cantante Rafa Val en famosos estribillos como A dónde ir.
Con Cycle se cerraba la noche de conciertos. Presentaban su nuevo disco Electrik, el más rockero y avalado por la crítica, pero costó verlo durante un buen rato, mientras repasaban sobretodo sus temas más electro-pop. Con los temas Wicked, 100 vidas o Saturday Girl llegaba el cambio de tercio para adentrarnos en sonidos más rock en algunos momentos, además de que para las y los nostálgicos cumplieron incluyendo en la setlist el muy conocido Confusion, que se dejó notar entre el público. Les faltó algo de chispa y un poquito más de rock como digo, pero fue una lograda apuesta como ‘petardazo’ final para hacer bailar sin parar, con el protagonismo escénico de los controvertidos Luke Donovan y La China Patino. Dos voces, dos personalidades, dos roles y mucho espectáculo.
Y con esta banda se dejó ver en escena la única artista mujer del festival. Como siempre, y tristemente habitual, sigue faltando representación femenina en eventos de esta índole, y no será porque no la haya en la música. La calidad artística que pisaba el escenario no tiene por qué ser reprochable, pero si lo es que sigan olvidándose de ellas. ‘Haberlas haylas’ queridos equipos organizadores y se las espera igual que a sus compañeros varones.
Dejando aparte este pequeño pero importante inciso y volviendo al cartel, para el broche final el elegido fue Dj Amable, pinchadiscos residente de la sala Razzmatazz de Barcelona, que intentó retener al público valiente e incombustible que todavía quedaba, a pesar de varios problemas técnicos ajenos a él, con los que tuvo que lidiar y emplearse a fondo a los platos.
En resumidas cuentas, se podría decir que el enclave elegido para el evento fue muy acertado por su excepcionalidad y belleza paisajística, aunque a pesar de ello, el lugar marcado para las actuaciones fuera un pabellón cerrado, aun teniendo en el exterior tan magníficas vistas. La apuesta resulto interesante en esta primera edición, aunque no con la cantidad de público que se hubiera deseado pero si con el buen disfrute de los que ahí se congregaron.
Enhorabuena por el ‘retoño’. Prestaremos atención a una posible segunda edición donde esperamos un cartel con #másmujeres y más conciertos al aire libre.