El actor Diego Luna llegó a Huesca ayer, viernes 10 de junio, para recoger el Premio Ciudad de Huesca Carlos Saura y, desde entonces, se ha imbuido en la vida de la capital oscense.

Quizás no seamos conscientes de la relevancia que tiene alguien como Diego Luna en la industria cinematográfica a nivel mundial y lo singular que es que esté en Huesca. Ver su filmografía da vértigo, no solo por lo extensa sino por la calidad de sus proyectos. Que podamos disfrutar de su presencia en Huesca es gracias al Festival Internacional de Cine de Huesca, que ayer inauguraba su quincuagésima edición con una gala inaugural en el Teatro Olimpia.

La gala, presentada por Goizalde Núñez y Nacho Rubio, contó con varias coreografías de la bailarina zaragozana Ana Continente, en las que hizo referencia a los cincuenta años de historia del festival y a la cultura mexicana. También hubo un homenaje para todas las personas que han dirigido este festival.

En la gala se entregó el Premio Pepe Escriche al Instituto Cervantes, premio que fue recogido por su director Luis García Montero junto a la Directora de Cultura de la institución, Raquel Celaya. El poeta reconoció como el cine es un eje vehicular para la difusión de la lengua y la cultura española. De hecho, desde que él es director, el Instituto Cervantes ha realizado más de 11.500 actividades relacionadas con el cine.

Carlos Saura, que no pudo asistir a la gala, debido a una bronquitis, fue sustituido por su hija Anna Saura, quien entregó el Premio Ciudad de Huesca «Carlos Saura» a Diego Luna, quien realizó un emotivo discurso recordando a su difunta madre, Fiona Alexander, directora de vestuario de «Antonieta», quien murió en un accidente automovilístico, en el rodaje de esta película del propio Saura, cuando el actor contaba con dos años de edad.

En la rueda de prensa posterior a la gala inaugural, el sábado por la mañana, Rubén Moreno, director del Festival Internacional de Cine de Huesca, y Luis Alegre han acompañado a Diego Luna.

Luis Alegre, amigo personal de Diego Luna, ha destacado que cuando lo conoció, con 20 años, en el rodaje de «Y tú mamá también», ya vio en él «un volcán creativo a punto de estallar» y que distinguió en él que no era solo un actor, sino «un artista con una visión de la vida y del arte», como también se puede apreciar en sus trabajos como director.

Diego Luna, muy sonriente en todo momento, ha agradecido el premio, no solo por tener la oportunidad de juntarse con su amigo Luis Alegre sino también porque con él cierra un ciclo de su vida, que tiene relación con la muerte de su madre y el hecho de que el premio lleve el nombre de Carlos Saura. Como dijo en la gala, cuando hace cine, se acuerda de su madre y Carlos Saura. En la película de Saura, «Antonieta», grabó un plano con Héctor Alterio sin él ser consciente de lo que estaba sucediendo ya que tenía dos años. Muy jocosamente ha dicho: «yo empecé de extra».

Luna ha hablado sobre la repercusión que tuvo en su trayectoria «Y tu mamá también» de Alfonso Cuarón, y que protagonizó junto a Maribel Verdú y Gael García Bernal. También ha recordado, cómo, cuando tenía 14 años, se enteró de que un cortometraje en el que fue protagonista, había ganado el Premio Danzante de Oro del Festival Internacional de Cine de Huesca. Era «El último fin de año» de Javier Bourges.

Luna, además de hablar de cine, de la serie de Star Wars, «Andor» y de su próximo proyecto teatral, ha dado detalles de su salida nocturna en Huesca la noche pasada, en concreto, en el Rincón Musical. De forma muy divertida ha contado lo acontecido en el local y su deseo de volver en cuanto pudiera. Aún le quedaban por recorrer muchos espacios de Huesca y ha expresado su firme propósito de volver a Huesca en otras ocasiones.

La noche del sábado hay otra oportunidad de conocer un poco más a Diego Luna, a él como persona y como director, en la proyección de su largometraje «Abel», a las 22.00 horas en el Teatro Olimpia, el cual irá precedido por el cortometraje de Carlos Saura «Rosa Rosae».