En palabras del Presidente de la Diputación de Huesca, Miguel Gracia, las Fallas del Pirineo “es una de las tradiciones más antiguas que tenemos hoy en el Pirineo”, y ha destacado el valor de cooperación que les ha llevado a la declaración como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y a esta exposición que aporte trata de aportar conocimiento a los vecinos y foráneos.
El balance de la primera celebración tras esta declaración deja una cifra de unas 5.000 personas entre los nueve pueblos que tienen Fallas en el Pirineo aragonés, lo que supone un impacto económico importante y se ha rozado el cien por cien de ocupación en los establecimientos turísticos.
En la muestra se puede apreciar la fiesta de las fallas en imágenes, donde aparecen todas las localidades altoaragonesas y otras francesas, catalanas o andorranas. También el público podrá ver diferentes tipos de fallas, y muestras de materiales naturales que guardan relación con las fallas, como la corteza de abedul, la tierra roja característica de Montanuy o Laspaúles, o la tierra negra de Sahún, así como paja y cenizas que, en algunos lugares, tienen un simbolismo especial.
La tierra y el fuego son dos elementos que están muy presentes en la Fiesta de las Fallas, una manifestación cultural propia del Pirineo que, el pasado mes de diciembre, fue declarada por la Unesco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. La sala Saura de la Diputación de Huesca respira ese ambiente de tradición ancestral del solsticio de verano (o la noche de San Juan) con una exposición que será itinerante para explicar las principales características de esta fiesta que se ha mantenido intacta en varios pueblos altoaragoneses, catalanes, andorranos y franceses, superando el paso del tiempo y las fronteras como hoy se ha dicho en la presentación de esta iniciativa conjunta.
El Presidente de la Diputación de Huesca, Miguel Gracia, ha estado acompañado por los representantes municipales de los municipios altoaragoneses donde se celebra la Fiesta de las Fallas, “una de las tradiciones más antiguas que tenemos hoy en el Pirineo”, en palabras de Gracia, quien ha querido destacar la cooperación y coordinación de todo el trabajo realizado para conseguir finalmente la declaración de la fiesta como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, algo que se ha logrado, según ha manifestado el máximo responsable provincial, gracias al trabajo conjunto y al entendimiento de las localidades aragonesas, catalanas, andorranas y francesas.
Miguel Gracia también se ha referido a la jornada de hoy como de reivindicación de lo propio: “A través de esta exposición vamos a mostrar una pequeña aunque significativa tradición de nuestra tierra”, en referencia al conocimiento que trata de aportar esta iniciativa al recoger tradiciones de interés para los que residen en estos pueblos o para los turistas que llegan. La muestra permanecerá en la sala Saura de la Diputación hasta el domingo 31 de julio y luego pasará a ser itinerante y podrá verse en gran parte de los pueblos altoaragoneses en los que tiene lugar la Fiesta de las Fallas, y también en localidades de otros estados. En este momento la Diputación se encuentra ultimando una publicación con el mismo objetivo.
Este fin de semana ha tenido lugar en Aneto, población del municipio de Montanuy, la última de las fallas en el primer año tras recibir el reconocimiento por parte de la Unesco, lo que ha conllevado, como ha comentado Marcel Iglesias, alcalde de Bonansa, un aumento de los visitantes, pero también de la participación de los propios vecinos de los pueblos. “Calculamos que en total, entre los nueve pueblos que tienen Fallas en el Pirineo aragonés, habrán venido unas 5.000 personas, un impacto económico importante al rozar el cien por cien de ocupación en los establecimientos turísticos”, ha detallado Iglesias, quien añadía que esta declaración ha sido esencial para proteger la tradición pero también ha supuesto un importante espaldarazo al turismo de la zona.
Se trata de una fiesta que se prepara con varios meses de antelación, en las más de 50 imágenes que conforman la exposición puede verse cómo toda la comunidad se implica en las diferentes tareas como la preparación de la madera, en los meses previos a la celebración, o la construcción de las fallas, que son diferentes en cada población. Así lo explicaba hoy Laura Vigo, teniente de alcalde del municipio de Montanuy que también hacía referencia a que varias generaciones colaboran juntas para preparar la fiesta en las más de 60 poblaciones que la celebran cada verano, y gracias a ello la tradición se ha mantenido y propagado a través de la narración oral.
Lourdes Ascaso, alcaldesa de Sahún, ha destacado que la exposición que se ha preparado por parte de la DPH representa muy bien esa colaboración entre territorios que, a pesar de pertenecer a diferentes países, están unidos por las tradiciones, donde la frontera se convierte en este caso en lugar de encuentro e intercambio cultural. “La exposición refleja la globalidad de los tres estados, tenemos el mapa que no tiene ni fronteras, solo tiene poblaciones, es una muestra de unidad, refleja comunidad”, ha dicho hoy Ascaso mientras explicaba que hace unas semanas en Sahún es todo el pueblo el que participó en las fallas, reuniendo en torno a esta tradición desde los niños de dos y tres años hasta personas de 85 años que bajan la falla.
En la provincia, la Fiesta de las Fallas del Pirineo solo se mantiene viva en San Juan de Plan, Sahún, Bonansa, Montanuy, Aneto, Castanesa, Laspaúles, Villarrué y Suils. En la muestra pueden verse imágenes de las peculiaridades de la celebración en cada pueblo, además de varios paneles explicativos que se han realizado en castellano, catalán, aragonés y francés.
Se trata de una arraigada tradición y de una fiesta con una marcada identidad territorial, cuyo origen se desconoce pero que ser remonta a la época precristiana. A ese origen se refería el concejal de San Juan de Plan, Roberto Serrano: “Son ritos que tienen que ver con todas las culturas precristianas, son fiestas ancestrales, y ese es el valor que ha reconocido la Unesco, ese sentido primitivo de la fiesta, pero también ha reconocido algo muy importante y es el sentido colectivo y el hecho de que hoy, varios miles de años después de esos posibles orígenes, la fiesta siga teniendo vigencia en estos pueblos del Pirineo y es lo que, sin duda, resulta difícil de transmitir como no vayas allí y lo veas, que es a lo que realmente invitamos desde nuestros pueblos”.
En la muestra se puede apreciar la fiesta de las fallas en imágenes, donde aparecen todas las localidades altoaragonesas y otras francesas, catalanas o andorranas, a lo que hay que sumar un audiovisual grabado en las últimas semanas. También se han realizado tres tótems con una selección de imágenes en torno al sentimiento de comunidad que es característico de la fiesta, así como a la tierra y el fuego, los elementos principales de las Fallas. Para terminar hay cuatro bancales de madera con diferentes tipos de fallas, y muestras de materiales naturales que guardan relación con las fallas, como la corteza de abedul, la tierra roja característica de Laspaúles o Montanuy, o la tierra negra de Sahún, así como paja y cenizas, que en algunos lugares tienen un simbolismo especial. La exposición que trata de dar a conocer la Fiesta de las Fallas pero, como han manifestado varios representantes municipales durante la presentación, para conocer esta fiesta de primera mano lo mejor es visitar estas localidades y participar en ella.