La lluvia lleva al Palacio de Congresos de Boltaña la sesión de noche en la jornada de los clásicos de la Muestra de Cine de Ascaso, con un nuevo éxito de público

Ascaso, 30 de agosto de 2024.- «En Palestina decimos “existir es resistir”, ya que permanecer allí es una forma de resistencia contra la ocupación», resumía el presidente de Casa Palestina en Aragón, Ibrahim Abiat, tras la proyección de la película The Time That Remains (Le temps qu’il reste), del director palestino Elia Suleiman, ante el público que casi llenaba el Palacio de Congresos de Boltaña.

La lluvia asumió el papel protagonista en la tercera jornada de la Muestra de Cine de Ascaso, lo que obligó a trasladar la sesión de noche del jueves al equipamiento municipal. La propuesta de la tarde, el clásico ¿Dónde está la casa de mi amigo?, del realizador iraní Abbas Kiarostami, sí se pudo ver en la borda del cine, abarrotada por segundo día consecutivo. «Es una de nuestras películas preferidas, que cuenta una historia muy sencilla, como caracteriza al cine de Kiarostami, centrada en la vida cotidiana», destacó Néstor Prades, codirector del festival.

En cuanto a la propuesta de Suleiman, hace un recorrido por la evolución de los territorios palestinos desde la creación del estado de Israel, a partir de su historia familiar. «La película muestra muchos aspectos de la vida cotidiana en Palestina, ya que esta sigue a pesar de la ocupación, del apartheid y del genocidio», dijo Ibrahim Abiat. «La ocupación forma parte de la cotidianidad de la población palestina. Después de tantas décadas, tienen que convivir con ella, y nadie se puede acostumbrar a eso, porque es terrible, pero siguen adelante», añadió Sandra Barrilaro, quien ha viajado varias veces a Gaza y Cisjordania, como periodista e integrante de la flotilla por la libertad que denuncia el bloqueo de Israel sobre Gaza. Es autora de la exposición fotográfica Ocupación de Palestina: preludio del genocidio, ubicada en la calle Única de Ascaso, con la que “La muestra de cine más pequeña del mundo” levantó el telón el martes 27.

The Time That Remains refleja la relación entre ocupante y ocupado con una dosis de humor que en algunas escenas resulta esperpéntico. «Ese sentido del humor es algo que caracteriza a la población palestina, aunque ahora nos encontramos en un momento absolutamente oscuro. Siempre que puede, la gente aprovecha la oportunidad de burlarse del ocupante; eso también es una forma de resistencia», señaló Sandra Barrilaro. De modo que, como aparece en una escena de la película, que el cañón de un tanque israelí siga todos los movimientos de una persona que sale a tirar la basura, «forma parte de la cotidianidad palestina».

La comunidad palestina en la diáspora, repartida por todo el mundo, es muy numerosa. Es el caso de Ibrahim Aviat, quien sigue muy de cerca la situación en Gaza y Cisjordania. «Vivimos el genocidio con mucha tristeza e impotencia. Los soldados israelíes son psicópatas que alardean de las atrocidades que están cometiendo, y hasta que no acabe la guerra no podremos saber su dimensión real. Pero, aunque costará mucho recuperarnos, los palestinos no vamos a abandonar nuestra tierra». El presidente de Casa Palestina tiene muy claro que «el objetivo de Israel no es Hamas, sino acabar con el pueblo palestino, sobre todo con las mujeres y los niños. La gente que defiende los derechos humanos no puede callarse ante lo que estamos presenciando, porque los derechos humanos o son universales o no son derechos», denunció, en referencia no solo a la inacción de la comunidad internacional sino al colaboracionismo con Israel.

Para Sandra Barrilaro, «lo que está pasando en Gaza es el principio del fin de la impunidad de la que ha gozado siempre Israel. Su prestigio como estado se ha desmoronado. Hace meses que perdió la batalla de la opinión pública, como pasó con el apartheid sudafricano, a pesar de que mantiene el apoyo de muchos gobiernos occidentales». La activista bilbaína confía en que llegará el momento en que los crímenes de Israel serán condenados por el Tribunal Penal Internacional, y que habrá consecuencias para los gobiernos que mantienen la colaboración con el régimen de Netanyahu.

«No podemos dejar de hablar de Palestina», concluyó Miguel Cordero, codirector de la Muestra de Cine de Ascaso, como fórmula de resistencia y denuncia al alcance de todo el mundo. La jornada solidaria con Palestina contó, además, con la participación del colectivo Sobrarbe con Palestina.