Esta semana en Perpetuum Mobile hemos visitado un buen puñado de países con diferentes tradiciones musicales y hemos podido escuchar música de cámara y folk de diferentes procedencias.
Para empezar nos hemos fijado en la obertura del álbum Nomads del compositor belga Frank Van Bogaert, una pieza titulada precisamente Ouverture. Van Bogaert fue miembro de la banda 1000 Ohm, que a principios de los ’80 estaba tuvo unos cuantos éxitos dentro de la escena de la New Wave. Ahora se dedica a componer cinematic music o música inspirada por o para soportes audiovisuales, no necesariamente bandas sonoras.
Después de este inicio energizante, nos relajamos un poco gracias a la música de Nicholas Gunn, un espléndido compositor británico afincado desde niño en los EE.UU. Ya hace unas semanas escuchamos uno de los cortes de su último trabajo, Under The Influence Of Music. Si en la anterior ocasión escuchamos Beauty, en esta nos quedamos con Nature.
Water From The Same Source es una delicada composición de la banda norteamericana Rachel’s, una formación que se inspira en la obra de Michael Nyman en su formación, pero que recibe influencias de diferentes estilos musicales, lo que la hace poco clasificable, aunque la etiqueta que mejor la define quizás sea la de música de cámara. La defunción en 2012 de su fundador, el guitarrista Jason Noble, acabó con la banda que llevaba casi nueve años sin editar nueva música. Precisamente, de su último disco con material nuevo, titulado Systems/Layers, es de donde hemos extraído esta bella pieza.
Water From The Same Source aparece en la película La gran belleza, de Paolo Sorrentino, ganadora del Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Ya habíamos escuchado en el programa nº20 de Perpetuum Mobile otra pieza incluída en la banda sonora de este magnífico film, las Beatitudes del compositor ruso Vladimir Martynov. Pues bien, recuperamos a Martynov con una obra de extraordinaria belleza, el movimiento nº5 de su obra Come In!, interpretado por la Kremerata Baltica, dirigida por Gidon Kremer, y que podemos encontrar en un álbum titulado Silencio.
Seguimos en Rusia. En 1986 la Dimitri Pokrovsky Singers, una formación de música folk rusa, invitó al saxofonista norteamericano Paul Winter y a su Consort a tocar en la Universidad de Moscú. Fruto de esos conciertos nació Earthbeat, el primer disco grabado conjuntamente por artistas norteamericanos y rusos cuando todavía no se podía imaginar que poco más tarde la URSS dejaría de existir. De este trabajo, que es de una enorme belleza e intensidad, hemos escogido Song Of The World.
En Estados Unidos también hay una enorme riqueza de música folk, aunque la más auténtica es la realizada por los indios norteamericanos. Quizás la voz más reconocida es la de Joanne Shenandoah, hija y descendiente directa de varias generaciones de líderes de su nación. En 1995, Shenandoah grabó un álbum titulado Life Blood junto con el pianista alemán Peter Kater del que hemos extraído esta bellísima canción titulada Messenger.
El siguiente tema es una composición de TJ Morgan, nuestro misterioso pianista norteamericano del que esperamos tener noticias en breve, pues hemos encontrado a una compositora norteamericana que le conoce y nos va a poner en contacto con él. Para celebrarlo hemos decidido escuchar otra de sus bellas composiciones. Esta se titula Cascade.
Seguimos en Norteamérica con otro compositor y pianista, Brian Crain, quien obsesionado por hacer carrera como jugador de béisbol no se daba cuenta de que donde realmente destacaba era en el terreno de la música. Ahora se gana la vida con sus propias composiciones y vendiendo las partituras de las mismas. Escuchamos Promise, una de las composiciones de su trabajo editado en 1998 titulado Morning Light.
El clásico básico de esta semana nos llega desde Grecia y de la mano de Yanni, un sintetista que se hizo famoso en la década de los ’80 y que alcanzó la cima de su fama en los ’90. Santorini es una composición de 1986, romántica y al mismo tiempo enérgica, inspirada en la isla griega de Santorini, hoy un destino turístico que corre el riesgo de perder el encanto natural que lo caracteriza, pero que en aquel momento era un enclave que poca gente conocía fuera de Grecia. Santorini apareció en Keys to Imagination, segundo álbum de Yanni, y supuso la primera gran carta de presentación del compositor fuera de las fronteras griegas.
Finalmente, el punto final del programa lo pone la versión más pop de Ryuichi Sakamoto en nuestra sección no oficial El Ryuichi Sakamoto de la semana. Su álbum Sweet Revenge, editado en 1994, contiene una canción cantada por Holly Johnson, la voz de Frankie Goes To Hollywood. Su título es Love and Hate y nos recupera a ese Sakamoto efervescente del principio de su carrera, un final perfecto para un programa ecléctico.