El Polifonik Sound conseguía sold out en su decimocuarta edición que se celebraba los días 30 de junio y 1 de julio, en el Recinto Ferial de Barbastro, donde contaba con tres escenarios: el escenario «Clínica dental Fuentes & Rosselló», el escenario «Bodega LAUS” y la Zona Club. Además del escenario urbano «Barbastro, Ciudad del vino», que ofrecía una programación ininterrumpida el sábado, y un concierto especial de aforo limitado el viernes por la tarde en la Bodega LAUS.
Un festival de música que siempre ha intentado buscar en sus carteles la presencia de grupos consagrados de primera línea junto a artistas emergentes y bandas de la escena musical aragonesa. Cuenta ya con catorce ediciones a sus espaldas y desde la organización han sabido continuar con energía e ilusión un proyecto ya consolidado en la zona y que hace dos ediciones dio un nuevo giro trasladando el escenario principal al exterior entre otras cosas.
El festival comenzaba el viernes a las 19:30 con los conciertos de Ángel Stanich en las instalaciones de Bodega LAUS en formato trío y con Hola Chica en el escenario de «Bodega LAUS» del recinto ferial. Por ese mismo escenario pasarían ese día la banda oscense El Verbo Odiado y sus potentes guitarreos y la barcelonesa Brigitte Laverne en una agradable velada pop.
Al escenario principal se sumarían La M.O.D.A., y la veterana banda Sidonie, artífices de conciertos nada aburridos. Arde Bogotá, sería una grata sorpresa, demostrando con creces que cuentan con un gran directo. Niña Polaca como fin de conciertos y Dj Maadraassoo para cerrar a lo grande la noche con sus remixes.
El sábado daba comienzo con el escenario urbano «Barbastro, Ciudad del vino» situado en el Paseo del Coso donde desde las 11 de la mañana se podía disfrutar de los conciertos de Suena Babilonia, Alison Darwin y Los Invaders así como actuaciones de los djs Rialto, Álex Curreya e Isaac Corrales. Ya por la tarde la música regresaría al recinto ferial primero con las incombustibles Lady Banana seguidas de Jordana B. Las aragonesas sin duda daban un arranque enérgico y arrollador a la tarde, y salvando la no fácil papeleta de lidiar con el calor y solana que todavía había a esas horas. A este dúo de voces y de guitarra y batería no hay que perderles la pista. Y la formación de Jordana nos regalaría un show muy fresco y desenfadado. Siloé sería el último artista en pasar por ese escenario.
Besmaya estrenaba el escenario principal, para dar paso después a Ginebras, uno de los platos fuertes de la jornada. Magüi, Sandra, Raquel y Juls conseguían montar una tremenda fiesta, llena de color, alegría y buen hacer. Bravas. A continuación aparecerían en escena Second, un concierto con tintes nostálgicos y aroma a despedida. Una delicia para un público que quizás fuera la última vez que los viera en directo.
La noche de conciertos la cerraría el grupo Karavana y como colofón de fiesta estaría dj David Van Bylen, el cual merece una mención especial por esos mashups imposibles pero que casaban sorprendentemente bien.
Un año más para el disfrute del panorama indie y para el descubrimiento de nuevos artistas. A pesar de las cifras descompensadas de presencia femenina, en mi opinión, el sábado salieron triunfantes.
Enhorabuena a la organización y a esa trayectoria que los ha convertido en un festival de música referente en la zona, con un formato mediano que atrae hasta Barbastro y la Comarca del Somontano a visitantes de toda la geografía nacional. Y este año bien lo ha demostrado agotando entradas. Así que habrá que seguir celebrando la música en directo el próximo año.