Zeltaires

10 de junio de 2016

Sala Edén, Huesca

 

Por fin pude ver una de las bandas que más se prodigan, en estos momentos, por los escenarios oscenses. En varias ocasiones, había oído decir que «Zeltaires lo petan». Así que me fui a descubrir por qué «lo petan».

En la calle de la sala Edén había mucho más movimiento que de costumbre, lo que hacía sospechar que en la sala habría mucha gente. En efecto, Zeltaires aún estaban afinando sus instrumentos y el público se agolpaba cerca del escenario, mucho más cerca que en otros conciertos. Y ahí estaba también, el murmullo de la gente, que en esta sala no cesa en ningún momento, desde que empieza el concierto hasta que acaba. Un murmullo que, a veces, tiene más protagonismo del debido.

Sobre el escenario la formación al completo de Zeltaires, compuesta por Iván (Flauta y Picolo), Omar (Guitarra y Voz), Alberto (Guitalele y Voz), Ana (Clarinete), Alba (Viola y Voz), Alberto (Acordeón), Jorge (Trombón), Alejandro (Batería, Bajo y Percusiones), Hugo (Percusiones y Bajo) y Juan Zalba (Violín y Voz), diez músicos y músicas en disposición,  y predisposición, para comenzar la fiesta. Hicieron un recorrido musical de música folk con distintas raíces, aunque destacó la celta, con canciones como  Johnny went to war, de Paddy goes to Holyhead, Dropkick Murphys y su I’m shipping up to Boston, Whiskey in the Jar, versioneada por The Pogues, Metálica, The Dubliners o U2, entre otros, el tradicional «sea shanty» Drunken Sailor, que utilizaban los marineros para matar el aburrimiento y quitarse el estrés en el barco o una versión celta de la canción Lookin’out my Back door de la clásica banda de roots rook, Creedence Clearwater Revival. Con la canción Hava Nagila y una silla consiguieron que el público recreara una boda hebrea. También se acercaron a la enérgica y alegre música de los Balcanes o a Colombia y, como no, hubo tiempo para la revolución con un final apoteósico con el canto de la resistencia partisana en contra del fascismo y del nazismo, Bella Ciao.

Crónica y galería de fotos del concierto de #Zeltaires en @Salaeden Clic para tuitear

Con la sala Edén llena, Zeltaires consiguieron que el público se entregara cantando y bailando desde la primera hasta la última canción. En las últimas canciones, quedarse quieta era correr el riesgo de parecer el bajista inmóvil de una banda hiperactiva de punk. Esto se consigue con un repertorio acertado, calidad musical y la interacción que hay entre en el escenario y la platea, que, en ocasiones, se funde en uno solo espacio cuando quien está en el escenario, como Alberto o Alba, no dudan en bajar para disfrutar su propio concierto entre el público.

Al final del concierto, caras de satisfacción y alegría encima del escenario. Abajo, las mismas caras. Eso no es fácil y no está al alcance de todo el mundo, pero Zeltaires contagian de una forma totalmente natural su entusiasmo. En definitiva, «lo petan».

Esta es la galería de fotos de Muerdelaespina Fotografía.

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