La gran estrella de la música senegalesa regreso por todo lo alto a Pirineos Sur, después de 14 años

El grupo tuareg constató que es uno de los grupos más importantes del continente negro

 

Sallent de Gállego, 23 de julio de 2017. La gran estrella de la música africana y una de las bandas con más proyección del continente negro se dieron la mano en una noche en la que ritmos tribales y guitarras brillaron de manera esplendorosa en el pantano de Lanuza. Casi 4.000 personas se acercaron a ver el directo de Youssou N’Dour y Tinariwen, en el segundo fin de semana de Pirineos Sur. Destacable resultó que la diversidad cultural de la que hace gala el festival en sus escenarios, anoche también se trasladó al numeroso y variado público.

Youssou N’Dour, reclamando su trono

Como un león de Senegal. Así salió Youssou N’Dour. El público era la presa; “Set”, el infalible arma; el escenario de Lanuza, su coto de caza. Porque durante años, el músico africano fue la mayor estrella del género y en Pirineos Sur logró grandes gestas. Volvió ayer al escenario flotante después de 14 años y vino a por lo que es suyo, el trono. No necesitó mucho. Apenas, “Limba wassao”, “Bamba”, Song daan” y “Baykat” y su batallón de músicos experto en catarsis rítmicas.

Uno de los grandes momentos de la noche no tardó en llegar: la inmortal “Seven seconds”, que fue uno de los momentos más coreados en lo que llevamos de festival y, probablemente, de lo que queda. La recuperó con unos aires más jazzísticos pero igual de emocionantes.

Su último trabajo, “Afrika rekk”, pasó un tanto desapercibido (apenas “Be careful”) y Youssou N’Dour apostó por buena parte de los éxitos que le han dado la fama. Fue una decisión segura, viendo el gran final con “Senegal rekk”, “Happy” y “I love you”.

Youssou N’Dour, con 57, años continúa siendo poseedor de una de las voces más bonitas de la actualidad y, cual James Brown, maneja de manera férrea a una banda que vive para el ritmo (lleva cuatro percusionistas) y resultó fundamental para su éxito. Su regreso supo a gloria. Se fue con el trono, el cetro y la corona.

Tinariwen, los reyes del desierto

Ataviados con la prenda propia de los tuaregs y portando un arsenal de guitarras, la estampa de Tinariwen sobre el escenario flotante de Lanuza era cuanto menos chocante. Con la normalidad que conlleva haberse recorrido una buena parte de salas de conciertos y festivales de España, el septeto comenzó su exhibición de manera calmada, con unos sonidos tan cálidos que hasta venían bien para compensar los aires frescos del pantano.

Sin prisa, desarrollaron su propuesta, basada en la mezcla de la cultura africana con el blues y la pasión por la guitarra eléctrica (Jimi Hendrix al frente)., “Kel tameshek”, “Chet Boghassa” o “Nezagh ajbal” con la voz de Abdallah ag alhousseini sirvieron para sentar cátedra; “Issekad” supuso el primer aviso de arrebato polirrítmico; y con “Aymana” entraron en trance con la voz de Mina Wallet Oumar.

Para entrar y disfrutar al máximo de un concierto de Tinariwen hay que dejarse llevar por su mantra y ritmos, rendirse sin remedio a ese ritmo mantenido por hermosos arpegios y certera percusión. Y eso es lo que hizo el gozoso público que abarrotaba las primeras filas; y se fue contagiando a las filas de atrás cuanto más avanzaban en el repertorio. La infección fue imparable en la recta final, cuando ya desatados demostraron por qué son famosos más allá del desierto de Mali.

TARDE DE CINE Y UKELELES

El reflejo de la música aragonesa

Un viejo conocido de la escena audiovisual de Zaragoza, Jorge Nebra, presentó ayer en Pirineos Sur en exclusiva su nuevo documental, “Local 7”. El estreno se realizó en el Polideportivo de Sallent de Gállego y contó con la introducción del periodista Gonzalo de la Figuera. Además, tras el visionado, The Drunken Cowboys, participantes en el film, ofrecieron un concierto para los asistentes.

Local 7” es un reflejo del estado de la música aragonesa. Pero es mucho más. Es un estudio sobre el proceso creativo de las canciones, del pasado de lo músicos, de la amistad entre las bandas… Y todo esto se refleja en las casi dos horas que dura este notable trabajo de Nebra.

Música con ukeleles para toda la familia

Las familias que abarrotaron ayer los Mercados del Mundo y su escenario pudieron disfrutar de un ameno y divertido concierto a cargo Ukelele Clan Band. Melodías inspiradas en el folk americano y europeo y sus ritmos pegadizos logrados con un arsenal de más de 10 instrumentos acústicos pusieron a decenas de personas a bailar.